16.000 trabajadores mueren cada año por enfermedades laborales
Más de 16.000 trabajadores, la mayoría varones, fallecen al año por enfermedades relacionadas con su empleo, lo que supone que un 4% de todas las muertes que se producen en España son de origen laboral, según un estudio realizado por Comisiones Obreras y la Universidad de Valencia.
En España nadie muere a consecuencia de una enfermedad de origen laboral. Esto es lo que se deduce, al menos, del Anuario de Estadísticas Laborales y de Asuntos Sociales 2006 que publica el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Sin embargo, los datos recabados por el sindicato CCOO muestran una realidad bien distinta: el número de trabajadores fallecidos a causa de una enfermedad profesional ha pasado de 15.508 en 2006 a 16.115 en 2007. Los principales motivos de enfermedad fueron cánceres, y también de tipo cardiovascular y respiratorias.
Ante la polémica suscitada por CCOO, la Seguridad Social ha emitido un comunicado de prensa en el que aseguraba haber reconocido 377 pensiones por viudedad u orfandad derivada del fallecimiento del cónyuge o progenitor afectado por enfermedad profesional en 2007; 341, en 2006; 320, en 2005, y 290, en 2004. A pesar de todo, desde el sindicato se reafirman en su postura y piden que las estadísticas oficiales reflejen de forma clara las enfermedades profesionales con resultado de muerte. “Sólo así se podrá actuar con carácter preventivo, más que paliativo”, explican.
.Pero, ¿cómo es posible que exista tanta diferencia entre unos datos y otros? El problema de las enfermedades profesionales es que pueden producirse incluso años después de la exposición al foco emisor y a veces es difícil demostrar que la enfermedad se debe a causas laborales. CCOO considera que la responsabilidad de la situación recae en las mutuas de accidentes de trabajo, que ocultan la realidad derivando a los enfermos al Sistema Nacional de Salud, el cual se hace cargo de un coste aproximado de 15.000 millones de euros al año que deberían asumir las mutuas.
Tratar a las personas afectadas por una enfermedad profesional como a un enfermo común impide que se reconozcan las causas que provocaron la enfermedad y que se pongan los medios adecuados para frenar el foco emisor. Es importante, por tanto, que los profesionales del Sistema Nacional de Salud sean capaces de reconocer los indicios de las diferentes enfermedades profesionales, explica CCOO, y que ante casos como estos se molesten en conocer los antecedentes laborales del enfermo, para buscar una posible relación entre la actividad desempeñada y la enfermedad.
Según la propia Seguridad Social, entre enero y agosto de este año, el Instituto Nacional de la Seguridad Social, a solicitud de los trabajadores, modificó la decisión de las mutuas en un 40% de los expedientes por incapacidad temporal (IT) al considerar que lo que las mutuas declaraban una IT originada por una enfermedad común en realidad se trataba de una IT por contingencia profesional. El no reconocer que se trata de una enfermedad laboral supone un perjuicio tanto para el trabajador como para su familia, ya que la determinación de la contingencia causante influye en el alcance, contenido y régimen de gestión de la protección dispensada.
En este sentido, UGT alerta de que si las mutuas continúan con la mala práctica de derivar al sistema público de salud, para ser tratadas como una enfermedad común, enfermedades profesionales, “el esfuerzo de negociación desarrollado por los agentes sociales para elaborar un nuevo Cuadro de Enfermedades Profesionales habrá quedado en papel mojado”.
Casi 300.000 personas mueren cada año en Europa por enfermedades vinculadas al trabajo
El director del Programa de Salud Laboral del Centro Europeo para el Medio Ambiente y Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Rokho Kim, ha asegurado que cerca de 300.000 personas fallecen al año en Europa "por motivos relacionados con las enfermedades laborales" y su impacto económico es equiparable al 4% del PIB del continente.
Según Kim, "en todo el mundo se producen cerca de un millar de muertes por este motivo, lo que equivale a tres accidentes aéreos diarios". Así lo ha expuesto en una rueda de prensa con motivo del final de la VI Reunión de la Red Europea de Centros de Colaboradores de Salud Laboral de la OMS.
El presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, Manuel de la Peña, ha lamentado la información estadística que facilitan los Estados miembros al respecto. Así, en el caso de España, "el año pasado se notificaron seis casos de cáncer laboral cuando en realidad se produjeron en torno a 6.000", denunció.
El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia del juzgado de lo social número 1 de Gijón que condenaba a la empresa Izar Gijón a indemnizar con 100.000 euros a la familia de un trabajador --José María Aguado-- fallecido como consecuencia de un mesotelioma pleural. El Supremo dictó en enero una resolución desestimando el recurso interpuesto por la empresa al fallo que fue también ratificado por el Tribunal Superior de Asturias (TSJA). La empresa ha sido condenada por daños morales al trabajador, por el sufrimiento de la enfermedad y su muerte.
José María Aguado era trabajador de una empresa subcontratada por Izar en la que trabajaba como carpintero naval. Su función era el revestimiento de paredes de los buques en las que utilizaba placas de amianto que tenía que cortar en espacios de reducidas dimensiones, según relató Irene Saavedra, técnica del departamento de Salud Laboral de CC OO. El sindicato sostiene que no existían dispositivos de aspiración del polvo de amianto, ni tampoco se le facilitó al trabajador mascarillas ni ropa específica. El carpintero falleció en el año 2001.
Los datos son lo suficientemente claros, para que vayamos concienciandonos,
lo que sucede es que con la precariedad en el empleo, los trabajadores, vendemos nuestra salud en ara de tener trabajo.