Marcelino Camacho es un trozo de nuestra historia reciente construido desde la dignidad, el ejemplo y la lucha constante. Ha sido y permanecerá como una referencia para la política, para la izquierda y para el sindicalismo . Su ” Confieso que he luchado ” resume su constante compromiso de comunista militante y trabajador incansable en todas las causas. Como diría Vázquez Montalbán: “Siempre será un trabajador que consideraba que el mundo no estaba bien hecho. Es decir que no está hecho a la medida de los más débiles”.
Luchaba y participaba en todas las trincheras daba igual el Congreso de los Diputados que la Secretaría General de CCOO, la fábrica, la defensa de un Hospital para su barrio o la Memoria Histórica con la construcción de un centro por la paz en la antigua cárcel de Carabanchel.
Nuestro homenaje y reconocimiento a Marcelino Camacho y todo el afecto y condolencias para Josefina y toda su familia.
El padre del sindicalismo moderno
Camacho nació en Osma de la Rasa (Soria) y fue el primer secretario general de CCOO entre 1978 y 1987, también fue diputado por el PCE entre 1977 y 1981. Fresador de profesión, su historia como sindicalista y defensor de la libertad se empezó a forjar cuando apenas contaba con 18 años. Tras el alzamiento del bando nacional, cortó unas vías de tren junto a unos compañeros. Durante la Guerra Civil luchó como voluntario del lado republicano.
Después de la guerra pasa varios años en la cárcel de donde sale en 1941. Tras pasar por varios campos de concentración regresa a España en 1957 como obrero metalúrgico, en su nuevo trabajo resulta elegido líder del comité de empresa e impulsa la creación de forma clandestina de Comisiones Obreras.
Ingresó en la prisión de Carabanchel en marzo de 1967, y cinco años después, tras estar fuera tres meses, volvió a la cárcel tras ser acusado de formar parte de la Comisión Coordinadora General de Comisiones Obreras.
El fiscal del 'Proceso 1.001' solicitó para todos los acusados un total de 162 años de cárcel y por esta causa Marcelino Camacho fue condenado a 20 años que el Tribunal Supremo redujo después a seis. El 30 de diciembre de 1975 salió de prisión con motivo del indulto real por la proclamación de Juan Carlos I como Rey de España, aunque en marzo de 1976 fue de nuevo detenido acusado de pertenecer a Coordinación Democrática.
Ese mismo año fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del PCE y en 1977 responsable del Secretariado de la Coordinadora General de CCOO, durante la primera reunión de la Asamblea General del sindicato, celebrada en Barcelona.
Continuó como secretario general hasta 1987, cuando fue sustituido en el cargo por Antonio Gutiérrez. Luego pasó a ocupar la presidencia del sindicato, en la que se mantuvo hasta el 19 de enero de 1996.
En recibió en 1995 la medalla del Trabajo, veintidós años después de que fuera condenado en el Proceso 1001.