Hola Pisquil, estando hojeando un libro sobre la historia de Elche (Elche 1950 - 1999) Patricio Falcó, viene las siguiente nota sobre esta persona :
" En todo pueblo hay algún ´personaje´típico que matiza el vivir con cierto contraste en el ambiente popular. En el nuestro figura como tal José Rodríguez Pastor (a) ´El Botones¨, o también Llamado ´el tonto de Marieta´. A pesar de las anormalidades ligeras del ´personaje´en cuestión, José Rodríguez Pastor, es muy estimado en todo Elche, que le festeja por doquier. Por eso creemos va a sentir todos, grandes y chicos , la noticia infausta que le vamos a dar: ´El Botones´fue recogido medio muerto de frió los últimos días de viento y extremado clima, siendo trasladado al hospital, donde se duda poder salvar las piernas, sin que le sean amputadas por evitar peores males.
(Información,26 de enero de 1960).
Más adelante el citado libro pública otra reseña escrita en la Gaceta Ilicitana, 25 de enero, escrita por un Ilicitano:
"El Botones" ha muerto
Acudió a la última cita José Rodríguez Pastor. Tal como suena el nombre parece que a muy pocos les dice nada, pero todo Elche conocía a Pepico " El Botones"
A través de más de medio siglo fue el hombre de la calle, al que todos conocían y que conocía a todos y sabía las actividades de todos. Mordaz en sus replicas, sabía buscar en sus contestaciones las pequeñas o grandes debilidades del ser humano que más pudiese afectar. De siempre se dedicó a lo que salía: hacer encargos, llevar maletas,cuidar una casa en ausencia de su dueño, etcétera. Era fiel hasta donde el hombre puede serlo. Aficionado al vicio del Baco, su vida está cargada de anécdotas capaces por su número de llenar un grueso volumen. Su físico daba motivos para creer en la teoría de Darwin y hasta sus modales y reacciones sicologicas tenían mucho de primitivismo.
Ya estaba tan acostumbrado a recibir las burlas y cuchufletas de la gente que el día que nadie le decía nada era un mal día para él.
Hasta cierto punto, sus pocas académicas réplicas tenían todo un fondo filosófico. Su afición en los últimos tiempos desmesurada a la bebida, le llevó, una fría noche a quedar congelado en una acequia, recogido en muy mal estado, hubo necesidad de amputarle las dos piernas y en estas condiciones fue recogido en el Asilo de la Caridad, del que salía de vez en cuando, por medio de un carrito que le regaló la caridad pública.
En los últimos tiempos casi no se le veía, pero se sabía que las sufridas Hermanitas de los pobres soportaban su vocavulario y modales.
Su vida, pintoresca, estaba salpicada de sabrosas anécdotas como esta: Antes de que una piadosa familia ilicitana le diese albergue, " El Botone" dormía en un nicho del cementerio; ya oscureciendo se llevaba la cena y allí sobre el frió mármol, reponía fuerzas antes de irse a la cama. Una noche de fuerte viento, frecuente por estas tierras, Pepico fumador empedernido, después de cenar, se disponía a fumar; buscó y rebusco por todos los bolsillos y nada no tenia cerillas para encender el cigarro. Dio vueltas y más vueltas por todas las calles del cementerio pero no encontró ni una vela ni una lamparilla encendida con la que poder encender el cigarro, pues todas las había apagado el viento. Cansado Pepico se acostó, pero no podía pegar ojo si no fumaba su cigarrillo como todas las noches, no había forma de dormirse y ya de madrugada se encaramó a la pared del cementerio y esperó. Serían las 4 de la madrugada cuando un campesino que le tocaba el turno de riego, cargado con el legón y un poco con la mosca detrás de la oreja por la proximidad del cementerio, paso junto a la pared donde estaba Pepico, y este al oír los pasos le soltó: ¡Che! escolta. ¿tens foc?. Dicen que el campesino aun está corriendo.