Pio...Pio...Pio...

Tengo un periquito azul que se llama Pío…
Lo encontraron ayer mi mujer y mi hija Alicia…
Lo iban a atropellar los coches o comérselo un gato de la calle…
Lo trajeron metido en una caja, y compraron un kilo de su comida…
Anoche le di de comer y de beber con una cuchara de café y lo dejamos fuera en la galería subido a un barreño chico color verde…
Esta mañana ya no estaba pensábamos que se había ido, pero no, estaba subido en una estantería sobre unas bolsas de plástico…
Ha dicho pío, pío, así que he pensado que ese debía de ser su nombre, o es que los periquitos dan así los buenos días, le he dado de comer otra vez con la cuchara alpiste y trigo, y luego le he dado agua…
Tiene la manía de decir pío, y de subirse en el pelo de alguien, de mi mujer o de mí, o del sombrero de mi hija…
Nos hemos puesto a desayunar y ha desayunado con nosotros Pío…
Le gustan las tostadas con mermelada y con mantequilla, volar y subirse al pelo, y comer alpiste en mi mano…

Hoy parece que está mucho mejor Pío…
Se le ve más nerviosa más viva, mejor está aquí en casa que no en la calle con este frío que ha venido de golpe…
Ha tenido suerte que la hemos acogido pocas horas antes de que bajasen las temperaturas más de diez grados, ahora por las noches y de madrugada hace frío…
Se ha hecho la dueña de la casa, creemos que es hembra, por el pico, los machos según dicen lo tienen azul…
Conmigo hace lo que quiere ya desde el primer día, ahora ya son excesos de confianzas…
Le dejamos la puerta de la jaula abierta y sale como un cohete para posarse sobre el pelo de mi mujer el de mi hija o sobre mi gorra…
Con quien mejor se lleva es con mi mujer, la sigue con la vista a donde quiera que vaya y si puede vuela y se le posa encima…
Esta tarde mi hija la ha soltado, y como estaba ella sola en la cocina se le ha subido en el pelo y ha venido a mi cuarto a que se la saque de encima, que mala que es…
Esta tarde hemos ido al supermercado y vendían unos palitos revestidos de frutillas y del alpiste que comen los periquitos y le hemos comprado un paquete…
Se lo come que da gusto verla, se cuelga boca abajo en la jaula y no para de picarlo…
Le he abierto un momento la jaula y he salido al rellano a dejar el carro de la compra, me ha seguido volando y casi se escapa, ha chocado con el espejo y con el vidrio de la puerta de la entrada al edificio, parece que es una experta en fugas, aunque no quiere irse, por lo visto lo que quería era solo seguirme…
Me he agachado a su lado le he puesto el dedo y se ha subido…
Los niños que se encontraban sentados en la otra puerta del rellano la han visto y han venido corriendo, preguntándome si era mía…

Anoche me mordió la oreja dos veces, y me hizo daño...
como no quiero verla encerrada en la jaula, la he soltado un rato, no paraba de molestar subiéndose en el pelo de mi mujer y en mi gorra, se ha parado un rato en mi hombro y entonces es cuando me ha mordido, he chillado y ha parado un momento, luego me ha mordido otra vez, le he puesto el dedo y se ha subido en el, la he puesto encima de la pantalla de mi ordenador, a ver si se está quieta de una vez, esta no sabe quien soy yo, ni tiene miedo a los gatos...
como siga así la voy a meter para siempre en su jaula...
pero es que luego cuando llego del trabajo lo primero que pienso es en soltarla, se sube en mi gorra y luego cuando está en mi dedo se limpia las plumas, se encuentra tranquila como si nada...
no deja que la toque, pese a estar posada en mí...
esta se ha creído que la vida le pertenece o es que se cree una diva o una reina...