De vez en cuando se me para en el hombro, en la mano o en la cabeza…
Tiene la capacidad de hacerme que la quiera, y que quiera besarle, pero no se deja…
Tan solo cuando está muy asustada por algo se deja besar, tocar las plumas de sus alas con mis labios…
Por eso sé que está asustada, porque se deja tocar, se está quieta, se queda bloqueada, puedo notar su miedo y eso hace aún que la quiera más y que esté aún más por ella…
Eso fue lo que le salvó la vida cuando la encontraron perdida en la calle, que se estuvo quieta mientras la cogían del medio de la calle, pobre…
No tengo obligación con ella, ella voluntariamente se quedó conmigo…
Ahora lo que tengo es que he asumido su incapacidad para distinguir situaciones potencialmente peligrosas, con resultados de catástrofe para ella, que se lanza inconsciente e incapaz a la vida, sin más equipaje que su pico y sus alas, y el miedo que la bloquea cundo aterida de frío y de hambre ya no puede volar y ponerse del todo a salvo…
Nació el amor, eso es lo que siento…
Y el otro, en macho, al que compramos para que le hiciera compañía y de paso para sacarlo del jaulón de aquella pajarería, también lo quiero, a él de otra manera, él no ha pasado la vida que ella, él nació para ser expuesto en un escaparate y esperar a quien lo compre, y mientras tanto vivir con sus hermanos y con los demás pájaros…
Ella no, ella nació en una casa y era del todo querida, nadie la compró, ni la vendió, solo un accidente o una casualidad del destino, quiso que se escapase, o se marchase, se fuera de lo que hasta ese momento era su casa, para padecer todo lo que imagino que padecería…
El frío, la oscuridad en la calle, la persecución de gorriones y de otros pájaros, el hambre, porque ella la pobre es una consentida, acostumbrada a todo tipo de comodidades en su antigua casa, igual que ahora en esta…