He ido a que me hagan una resonancia magnética al hospital…
No es nada, desde que pasé la gripe el año pasado, he perdido algunos olores y sabores…
No puedo oler la legía, la silicona, el disolvente o el anís…
Es difícil de explicar, algunos sabores han desaparecido y otros han ocupado su lugar, algunas veces para mejorar, otras veces para dejar al descubierto sabores que permanecían ocultos entre los demás…
Ahora me gusta más el vino, soy capaz de distinguir sutiles aromas desconocidos, ahora es todo experimentar, con decir que ya llevo taitantas botellas de los mejores vinos, sobre todo Ribera del Duero, Valdepeñas, Jumilla…
Se puede decir que ahora me gusta más el vino, de momento me dedico más al tinto, es el que más sabores ocultos tiene, me parece más divertido, aunque estoy idealizando últimamente un vino blanco…
El anís no me sabe ya anisado, ese olor lo he perdido por completo, no sé explicar a qué me sabe ahora, es un sabor bueno pero extraño, me gusta echarle un chupito al cortado de café…
Yo ya había pasado algunas resonancias magnéticas en la zona lumbar, está vez ha sido en la cabeza, es una experiencia totalmente distinta…
Me han hecho una serie de preguntas, si tenía implantes metálicos, marcapasos y cosas de esas, que pudieran causar algún tipo de incidente con la máquina, que básicamente es un electroimán gigante…
He tenido que firmar un par de documentos o tres que no he leído, igual ahora soy donante de órganos, o vete tú a saber…
En uno de mis brazos han introducido una sustancia, no tenía ni idea…
Después de desnudarme, todo menos calzoncillos y calcetines, y ponerme una de esas batas horribles de hospital y unas calzas, me han introducido en el aparato, básicamente un donut de gran tamaño…
Me han acomodado en la camilla, debajo de las piernas y boca arriba me han colocado una especie de cojín, una especie de orejeras que me sujetaban la cabeza, algo que me sujetaba la barbilla…
Con los brazos sobre mi pecho y con todos los pertrechos, incluida una aguja clavada en mi brazo he sido introducido, prácticamente encajonado en el agujero del donut…
Apenas quedaba espacio para poder respirar, si lo sé estiro los brazos y los dejo estirados, pensaba, pero ya era demasiado tarde, ah, me dijeron que permaneciera inmóvil, y eso hice los más o menos veinte minutos que ha durado la prueba…
No me podía mover, ni me movía, era todo uno…
Mi,MI,MI,MI,MI, sonaba como una de las teclas de un piano el ruido de aquella máquina en estéreo en mi cabeza, para luego seguir sonando, con la misma nota pero en un tono más bajo, mi,mi,mi,mi,mi,mi, totalmente como la tecla de un piano…
RE,RE,RE,RE,RE,RE, así hasta casi el infinito, luego en un tono más bajo y suave,re,re,re,re,re,re, infinitas veces…
Tenía la sensación de estar en un traje de astronauta, o haber estado en uno de esos trajes toda mi vida y haber despertado por primera vez…
Luego cuando me sacaron le he preguntado a la chica que me atendía, en qué año estábamos?, creo que me ha dicho 2030, esa era mi sensación, la de haber pasado años, quizás siglos, viajando en aquella máquina del tiempo…
De pronto dejaban de escucharse los pitidos, MI,MI,MI,MI,MI, para pasar a lo que parecía un silencio absoluto, ingravidez silente…
Me divertía mucho, pensando en lo que luego escribiría, mi,mi,mi,mi,re,re,re,re,re,re,re,re,MI,MI,MI,MI,MI,MI…
Algunas veces cuando paraban los estridentes sonidos, se podía escuchar en vez del silencio, un sonido lejano pero envolvente, parecido al de una lavadora…
Durante unos minutos me sentí muy agobiado allí embutido, sin apenas poder respirar y con la garganta seca creí que me moría, casi aprieto el pulsador para que me sacasen, en lugar de eso tragué saliva…