Las bayas en domingo

Estamos en época de beber zumo de naranja, tontos!!!…
Hace dos semanas compramos la Carmen y yo, más de veinte kilos de naranjas, y hemos estado haciendo zumos y comiéndolas peladas hasta ayer…
Hoy hemos ido a comprar el pan a las bayas, que es una pedanía de elche, como hacemos cada dos semanas desde hace ya muchos años, después de desayunar, y como iba cantando, la dependienta del horno ha dicho, por qué no te vas a tomar un café santos?…
Al principio no la había escuchado, mandarme a mí a tomar café?, pero cuando me he dado cuenta le he replicado, me decías a mí?...
Me ha parecido del todo desagradable, nunca antes me había mandado nadie a tomar un café, y menos por estar cantando…
Sí, yo te lo pago…
Es que acabo de tomar un zumo, un café con leche, y dos tostadas con aceite, pero si quieres voy y me tomo uno?...
Es que no te hemos hecho el pan, lo tenemos en el horno…
Ah vale, me pensaba, nos damos una vuelta entonces…
Le he dicho a la Carmen, que es un sol, lo mejor que me ha pasado, un ángel que me ha mandado Dios a la tierra para hacernos compañía, y que alguien me comprenda…
Por qué no compramos un conejo para el arroz?, y en vez de hacerlo con las dos cabras que compré ayer lo hacemos también con un conejo?...
Pero es que está cerrada la carnicería…
Noooo, no está cerrada, vamos a la otra…
Pero es que es esa la que te digo que está cerrada…
Así que hemos ido, y efectivamente estaba cerrada, vaya por Dios, esta vez tiene razón…
Como teníamos pensado comprar una caja de naranjas, de las mejores naranjas y más dulces, recién cogidas del árbol, y disponíamos de ese tiempo…
Le he dicho, que te parece si damos una vuelta por las afueras del pueblo a ver si hay alguna casa en la que vendan?, y eso hemos hecho…
Hemos recorrido algunos tramos de carretera secundaria del término, hasta que efectivamente hemos encontrado un chalet con un cartel en la puerta en el que ponía, a que no sabéis lo que ponía?...
Se venden naranjas…
Hemos metido el morro del coche en la entrada y tocado el pito, el claxon, como no respondía nadie me he bajado y tocado el timbre, me han abierto la puerta automática sin salir y hemos entrado hasta la porchada…
Buenos días queríamos una caja de naranjas, no le he preguntado el precio...
La mujer ha dicho, es que cajas no tenemos, y yo he entendido que no nos daban la caja, le he dicho que la caja solo hasta el maletero del coche que teníamos bolsas, de esas buenas, fuertes…
Le ha dicho a su marido, un hombre amable y mayor, coged tres cubos, de esos de pintura de 25 kilos, que más o menos son una caja…
El hombre además ha cogido unas tijeras de podar y me las ha dado sin decirme nada…
Yo le he dicho, le importa que yo elija el naranjo?, a mí es que me gustan las más dulces...
Vale, pero son todas las mismas, todas están buenas, todas están para coger…
Ya, pero es que yo soy muy caprichoso, y ya le he echado el ojo a un naranjo de la entrada…
Así que hemos ido hasta un naranjo al que le daba muy bien el sol, que se encontraba a la izquierda según se entraba en el chalet, y al fondo del bancal haciendo linde con el siguiente…
De este las quiero, y hemos comenzado a cortar yo, y a coger él…
Me dice, le he dado las tijeras porque si se tira de ellas se rompen las cáscaras y luego se pudren, hay que darles media vuelta, ya lo sé, si yo sé coger naranjas, las cojo siempre con el rabo…
Ni siquiera las he probado, tan seguro estaba de mí mismo, que me hubiera parecido ofensivo haber pelado una…
Había ramos de tres naranjas gordas, pero no muy gordas, y hasta de cuatro, de una en una iba cortando con las tijeras hasta que ya hemos llenado los tres cubos, se me había caído una, pero cuando estaba más o menos cerca, como ya la tenía en cuenta la he recogido, no la hubiese dejado nunca sola allí tirada a la pobre…
Le he dado las tijeras al hombre, y agarrando el cubo me disponía a agarrar el otro, pero me lo ha impedido…
Sabe?, es que yo prefiero y me es más cómodo llevar dos cubos porque así voy más equilibrado…
Así que con los cubos, yo con uno y el hombre anciano con dos, hemos ido hasta dentro de su casa, donde se encontraban las mujeres, charlando de sus cosas y contándose sus vidas, mientras nosotros trabajábamos…
Le he dicho, me voy a comer una, y me han ofrecido un cuchillo de palabra, no, si yo ya tengo una pequeña navaja…
Mientras me comía la naranja han echado las naranjas en las bolsas grandes y fuertes nuestras y las han pesado, más de veinte kilos a treinta céntimos, 8,40 euros, han hecho la cuenta las mujeres…
La naranja que he comido estaba buena al principio, para pasar a muy buena y de muy buena a deliciosa…
Luego he estado repitiendo lo mismo todo el rato de camino a casa…
Ne veas como estaba la naranja…
Te repites, llevas todo el camino diciendo lo mismo…
Es que, es que no veas como estaba de buena…
Ya, pero es que lo has repetido veinte veces, eres muy repetido…
Pues estaba muy buena…
Antes de comer y mientras yo hacía el arroz, la parte más técnica, el concepto, la Carmen hacía un par de zumos…
Le he preguntado, no le faltará mucho ya verdad?, eso ya está me ha contestado, no ves que el tomate es triturado y se hace enseguida, así que lo he apagado…

Mientras el arroz se enfriaba me he tomado el zumo recién hecho de naranjas dulces, las más dulces, recién cogidas…