Es tiempo de crisis…
Pero también es tiempo de poesía, de canción, de teatro en tono trágico…
Las musas de la inspiración revolotean por mi cuarto y prácticamente no me dejan ver la pantalla de mi ordenador envueltas en gasas y sedas negras…
Miles de canciones, de poesías y hasta de obras de teatro se cuajan de repente cuando miro al techo tratando de sintetizar las gestas y grandes obras construidas con nuestra arrogancia…
Una especie de monstruo a medio camino entre la muerte con su guadaña, el macho cabrio se cruza por unos momentos en mis mas inspirados pensamientos lanzando canciones apocalípticas conjugando de todas las maneras habidas y por haber la frase…
Causo mucho dolor, mucho dolor…
Causo, mucho dolor, mucho dolor…
Causo mucho dolor mucho dolor…
Causo mucho dolor, mucho dolor…
Como si cada vez que se repite la desesperación fuera en aumento y la canción cada vez tomase mas sentido…
Como si se incrustara en cada uno de mis pensamientos en los que aparece la esperanza haciéndole un mate, al estilo Michael Jordan, mientras se repiten las estrofas…
Causo mucho dolor, mucho dolor…
Como si los siete sellos hubieran sido abiertos…
Como si los cuatro jinetes cabalgaran veloces arrasándolo todo a su paso y provocando el desdoblamiento de la realidad en un grito profundo y ahogado, que lo engulle todo entre sus llamas rojas de sangre y negras de pel…
Causo mucho dolor, mucho dolor…
Causo mucho dolor, mucho dolor…
Como si aquí se quisiera y al final hubiera conseguido instalarse el infierno terrenal…
Causo mucho dolor mucho dolor, apenas pronunciado con unos susurros roncos que casi no consiguen salir de su garganta pero que penetran y recorre la desgracia de todos, regocijándose en su logro…
Causo mucho dolor…
Causo mucho dolor…
Mucho dolor…
Grito de fuego que se retuerce mientras las llamas devoran y acaban con el interior que un día fue madera viva…
¿No pedéis escuchar ese susurro incesante apenas os quedáis en silencio?…
Como si las tinieblas se hubieran hecho presentes y hubiéramos pasado a formar parte de nuestras peores pesadillas…
Como si nuestra realidad fuese uno de esos cuadros de Vincen van Gogh en los que todo se retuerce y tiene vida propia o sufrimiento infinito…
Como si el grito de Edvar Munch se estuviera haciendo realidad…
Dolor y mucho dolor…
Dolor y mas dolor…
Como si una cosecha de frutos agusanados y podridos estuviera esperando a ser recogida…
Dolor profundo de derrota y abandono…
De plegaria desesperada con los brazos abiertos…